Despertamos en el que sería oficialmente el primer día completo que íbamos a pasar en Corea del Sur, ya que el día anterior llegamos por la tarde y apenas pudimos aprovechar para hacer nada.
Como buenos turistas que éramos había que hacer un poco de turismo por la ciudad, y lo mejor para esto y lo más típico hubiera sido ir a visitar el palacio Gyeongbokgung, además de ser lo que teníamos pensado en nuestro pequeño itinerario semanal, pero por desgracia desde el primer día ya había que modificar nuestra rutina pues el tiempo no acompañaba para estar al aire libre y visitar el palacio sin que nos cayera un chaparrón era uno de los nuevos objetivos. Así que recurrimos al plan B, visitar el Museo Nacional de Corea, y ya según como estuviera el tiempo elegiríamos nuestro rumbo después de esta visita.
Nada más despertarnos estoy seguro de que ambos pensamos lo mismo: "Hey, estamos en Corea, levanta!!" o algo similar porque a pesar de todo el cansancio acumulado de los dos días anteriores casi sin haber descansado, sólo dormimos las horas justas para tener las suficientes fuerzas para poder ponernos en pie y continuar con esta aventura. También decir que en esto ayudó mucho el pedazo de jet lag que teníamos por el cambio de hora.
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Entre nubes y sol cada día. |
Pero antes dos cosas importantes para el día que se avecinaba, paraguas y desayuno. Cerca de la guesthouse habían bastantes tiendas y supermercados donde comprar todo tipo de cosas, y en todas ellas se podían encontrar paraguas. Nos hicimos con dos paraguas simples y pequeños para poder guardarlo siempre que no lo necesitaramos en la mochila que solíamos llevar a las excursiones y demás paseos por la ciudad. Benditos paraguas que nos protegieron de más de un chaparrón inesperado.
Desayuno. Vale, fuimos a lo fácil, pues no teníamos ganas de complicarnos buscando donde tomar algo para empezar el día. Ya habría tiempo para comer cosas coreanas, así que lo más grande y destacable que había cerca de nuestra guesthouse era un Dunkin' Donuts. Así también comprobaríamos como de distintos o iguales eran en Corea este tipo de establecimientos fraquiciados por todo el mundo. Además nos apetecía una buena dosis de azúcar en forma de bollería y café para terminar de arrancar el día. Eso sí, era caro, prometimos no volver más pero acabamos por tener por costumbre estos sitios para el desayuno.
Una vez atados todos esto cabos sólo quedaba partir a nuestro destino. En esa ocasión no teníamos a nuestra amiga coreana para guiarnos sin preocupaciones, así que iba a ser la primera vez que nos movíamos solos por Seúl y que cogiéramos el metro, algo que en principio impone y crees que te vas a perder, pero no, era mucho más sencillo de lo que parecía. Todo muy bien señalizado y fácil de encontrar. Un gustazo desplazarse por esta gigantesca ciudad en transporte público.
Una vez llegamos a Ichon no sabíamos muy bien donde se situaba el museo, por lo que salimos por el primer lugar que vimos, empezamos a dar vueltas y finalmente nos decidimos a preguntar. Primero a un coreano con uniforme militar el cual no entendió ni papa de nuestro inglés e imagino que se pasaría el día con la duda de que fue lo que le preguntaron esos dos extranjeros tan perdidos, y en segundo lugar preguntamos a otro extranjero que pasaba por allí, el cual sí llegó a comprendernos y gustosamente nos dio las sencillas indicaciones para llegar, algo fácil pues ya andábamos cerca de la entrada.
Ese día el calor era horrible, y el sonido de esos malditos bichos que poblan las calles de Seúl no ayudaban a que fuera un paseo agradable. Ya no parecía que fuera a llover pero estábamos ya junto al museo por lo que íbamos a continuar con este plan al menos un rato hasta que decidiéramos ir a otro lugar.
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Benditos carteles que te informan de tu posición exacta! |
Una vez dentro impresiona ver los grande que es; 3 plantas y bastantes habitaciones con esculturas, maquetas, piedras, herramientas... en definitiva con bastante información en relación con la historia de Corea y muchos elementos que la ilustraban de una manera u otra. No puedo explicar muchos más detalles porque es algo que es para ver con tranquilidad y que cada uno contemple y analice a su manera.
Mientras estábamos dentro estaba lloviendo fuera, así que hicimos bien en venir. Al rato volvió a despejarse y el hambre comenzaba a llegar, el calor apretaba y nuestro siguiente destino nos esperaba... Decidimos ir a dar una vuelta por Myeongdong.
Vídeo del capítulo 3:
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