miércoles, 8 de julio de 2015

Next Corea | Capítulo 7: Torre Namsan (N Seoul Tower)

En este nuestro quinto día en Corea del Sur ya teníamos algunos planes para cubrir todo nuestro tiempo libre. Por la tarde habíamos quedado con otra nueva amiga coreana para cenar y beber algo, por lo que para hacer tiempo decidimos ir por la mañana a visitar otro de los más emblemáticos lugares turísticos de Seúl, la famosa Torre N de Seúl, también conocida como Torre Namsan.

Impresionantes vistas desde un mirador en el parque Namsan, a medio camino de la torre
La montaña Namsan, que es donde se sitúa la torre, está localizada en el distrito de Jung-gu, por lo que tocaba volver a desplazarse en metro desde Jongno-gu hasta allí. No teníamos ni idea de cual era la mejor parada para acercarnos lo máximo posible a la entrada del parque, así que, como siempre, era momento de arriesgar y seguir a las multitudes que se dirigían también a la montaña. Pero antes había que comprar algo de provisiones para el duro y caluroso camino que nos esperaba.

La famosa Torre N de Seúl
Tuvimos suerte pues al poco de salir del metro y empezar a seguir carteles, acabamos encontrando rápido la entrada de la zona del teleférico que te llevaba directamente a la base de la torre. Sin más rodeos nos pusimos en la cola y optamos por comprar sólo el billete de ida, ya que preferíamos bajar andando para así también conocer como era el camino a la torre.

En vez de esperar al ascensor que te lleva donde se coge el teleférico, subimos las escaleras. Mientras subíamos, las vistas desde los cristales de este edificio ya me parecían impresionantes, no quería imaginar cuando estuviera en la torre. En la planta de arriba del edificio nos esperaba una larga cola de turistas de diversa procedencia que aguardaban su turno para subir al teleférico. Aquí conocimos a una turista estadounidense que... ¡hablaba español! Fue una sorpresa, y al menos tuvimos alguien más con quien hablar mientras esperábamos, además era muy simpática y acabó pidiendonos una foto de recuerdo.

Nos tocaba entrar al teleférico, así que rápidamente nos situamos junto a uno de los cristales para visualizar el lento trayecto y ver como nos alejábamos de los edificios y coches que se iban haciendo cada vez más pequeños. Y por fin ahí estábamos, un rebaño más de turistas que salía del teleférico para que otro bajara. Seguimos a la multitud escalera arriba, y allí estaba, la gran torre se alzaba tocando el cielo y cerca de ella un cartel con una gran N amarilla anunciaba que finalmente estábamos junto a la Torre de Seúl.

Miles de candados agolpados formando estos arbolitos del amor
A los pies de la torre hay un gran espacio con diferentes miradores, y algunas otras cosas que ver. Pero lo más popular y reclamado por los turistas es la famosa zona de los candados del amor, donde vienen muchas parejas a sellar simbólicamente su amor con un candado. Turistas por todas partes, fotos y más fotos. Y curiosamente mientras estábamos pululando por alguna de estas zonas, un grupo de chavales coreanos nos observaban... hasta que uno de ellos se acercó con un extraño entusiasmos y nos pidió que si podíamos hacernos una foto con todos ellos juntos. Al aceptar su curiosa propuesta, todos estaban flipando, muy contentos mientras uno de ellos gritaba "handsome!". ¿Habrían visto pocos occidentales en su vida? ¿¿Éramos famosos y no lo sabíamos?? Aunque era algo que nos habían advertido que podía pasar, no dejó de ser una situación extraña y divertida.

Tan lejos de casa...
Otra de las interacciones que tuvimos con coreanos fue que a mí se me acercó un grupo de 3 o 4 coreanos jóvenes, para saludar y preguntarme de donde era y cuando dije que de España, fliparon un poco mientras lanzaban un "Oh!", pero cuando intenté entablar algo de más diálogo con ellos, nuestra barrera lingüística se hizo notar.

Dejando ya atrás nuestros momentos de corta pero intensa fama en la base de la torre, nos disponíamos a subir. Había que pasar por taquilla y comprar el tipo de ticket que queríamos, y después de mucho observar y no entender nada, cogimos el de dos personas con palomitas y refrescos.

Entramos, canjeamos nuestro ticket por su correspondiente tentempié y directamente sin mucho más que ver en esa zona, cogimos el camino para la torre. Los trabajadores eran bastante amables y educados. Primero te escanean el ticket y sigues adelante hasta la zona de fotos, donde te hacen una fotografía en un croma verde y te dan otro ticket para poder canjearlo una vez arriba en una bonita foto con un fondo con la temática de la Torre de Seúl. Después esperas el ascensor en una zona oscura llena de luces de colores, dentro otra coreana hace un anuncio para que miremos a una pantalla en el techo y comienza un intenso vídeo de animación que simula llevarte por el espacio, así la rápida subida se hace aún más corta y amena.

Una pequeña parte de la inmesa ciudad de Seúl desde la Torre Namsan
Y por fin arriba, donde tenemos un pasillo circular por el que caminar e ir viendo las diferentes vistas que te ofrecía la torre desde esta altura. Impresionante de ver. En los distintos ventanales está grabado el nombre de una famosa ciudad y la distancia a la cual está desde ese punto. Muy interesante. Hay varias zonas para sentarse y poder comerse las palomitas tranquilamente, mientras tanto llegan y llegan más turistas. La clásica foto junto al nombre de tu país y su distancia no podía faltar. Una parte está dedicada a la venta de souvenirs y distintos recuerdos de la torre. Bajando las escaleras encontramos un lugar donde la gente deja pequeños azulejos firmados con una fotografía y un mensaje, la mayoría de parejas buscando otra forma de demostrarse su amor. También en esta parte tenemos en los cristales señalado donde están los diferentes lugares famosos de Seúl como Hongdae, Insadong, los palacios, etc. También vimos una escalera que bajaba a un restaurante y además de otras zonas que se quedaron sin visitar.

Puedes comprar algún que otro bonito recuerdo con tu foto y la torre
Aquí puedes estar dando vueltas y observando el increíble paisaje panorámico de la ciudad todo el tiempo que quieras. Después de mucho descansar tocaba bajar y continuar con nuestros planes del día. Se baja por el mismo lugar, otra vez en ascensor con vídeo frenético en el techo. La bajada como era de esperar fue muy cansada, el calor húmedo seguía apretando, pero pudimos contemplar el camino del parque Namsan, donde encontrar algún mirador bastante impresionante, zonas de recreo y ejercicio donde los coreanos venían a ejercitarse al aire libre, etc.
Y poco más ese día que descatar en la Torre Namsan, continuamos nuestro camino hasta Myeongdong, para finalmente acabar el día comiendo con una amiga coreana en un local de pollo frito y beber algo de soju y cerveza para no perder la costumbre.



Vídeo del capítulo 7:

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