sábado, 25 de julio de 2015

Next Corea | Capítulo 8: Visita a los palacios Changgyeonggung y Changdeokgung

Ya estábamos a 30 de Julio, casi una semana desde que desembarcamos en Incheon. Habíamos visitado algunas de las insignias turísticas más representativas de Seúl pero aún quedaba mucho por ver de los distintos tipos de cosas que se podían hacer en Corea del Sur, entre ellas tocaba volver a la temática histórica y visitar algún palacio. De los "Cinco Grandes Palacios" de momento sólo habíamos visitado el palacio Gyeongbokgung y queriamos visitar alguno más en ese día soleado, aunque demasiado caluroso, que por suerte fue uno de los pocos días que el cielo a veces podía apreciarse de color azul y había que aprovechar esa remota condición atmosférica.


El día anterior lo pasamos entero en el parque de atracciones Lotte World, que por desgracia sólo grabé con el móvil y muy poco tiempo así que no da para un vídeo decente, y frente a ese día de completo ocio teníamos pendiente un día completo de historia yendo a visitar algún palacio. La cuestión que se nos presentaba nada más levantarnos esa mañana era qué palacio visitar, así que como siempre tiramos de nuestro querido mapa que teníamos colgado en la habitación, y con una sencilla vista pudimos comprobar que no muy lejos de donde nos alojábamos se encontraba el palacio Changgyeonggung. Concretamente a unos 10 minutos andando, por lo que ese día podíamos obviar tomar el metro.


Por lo que ya tomada la decisión de solamente visitar en principio dicho palacio, nos disponíamos a salir de la guest house y continuar por las mismas calles de las que ya nos estábamos familiarizando, como si fuera nuestro barrio de toda la vida, con una confianza y sensación que no era la misma que teníamos al llegar aquí. A dos calles de nuestro alojamiento había un pequeño puesto de comida donde al momento te preparaban unos trozos de pollo con salsa muy ricos, además de otros productos alimenticios similares. Recuerdo también esas buenísimas salchichas pinchadas en un palo que alguna vez ayudó a parar el hambre camino a algún lugar. Practicamente como si fueramos clientes Vip de dicho puesto, la amable señora que preparaba los alimentos nos atendió y nos sirvió el pollo que pedimos con la clásica pregunta: "Spicy??", que seguía con la clásica respuesta: "No", que terminaba con el clásico resultado: "Joder como pica, pero si le había dicho que no quería pique!!!".


Con nuestro flamante desayuno supuestamente no picante pero sí, nos dirigimos al palacio, al que llegamos en pocos minutos. Una gran puerta por la que entrar nos esperaba, aunque al mirar a la derecha entendíamos que teníamos que pasar por la taquilla para sacar los ticket como hacíamos normalmente para estas cosas. Para nuestra sorpresa la simpática mujer de la taquilla nos avisó de que ese día era gratuito entrar en el palacio así que podíamos pasar sin más. No estoy seguro si era porque todos los miércoles era gratuito entrar en los palacios o porque ese día era especial por algún otro motivo que desconocíamos.

Procedimos a entrar para empezar a perdernos entre las distintas zonas del palacio. Nada más entrar cruzamos un pequeño puente, y nos dimos cuenta de que la zona principal es muy simple, muy parecido a lo que vimos en Gyeongbokgung, zonas cuadradas bastante amplias, puertas que cruzar y pasarelas de columnas de color rojos por las que pasar. Seguimos caminando sin rumbo alguno por las diferentes partes que íbamos viendo interesante, y con la obligación de grabar todo lo posible y hacer las fotitos reglamentarias.

Uno de los tantos bonsáis que podías encontrar en el Daeonsil

Entre tanta caminatas sin rumbo y ver de todo un poco, sin darnos cuenta empezamos a andar por una zona que estaba más acompañada de vegetación, arboles y césped. Así que continuamos por ahí y en un momento todo parecía distinto, estábamos como en un gran parque, todo muy tranquilo, a excepción de ese maldito sonido de esos bichos que no parabas de hacer ruido. Aquí venía la gente a echar el rato dando una tranquila vuelta o sentándose en el césped, como haciendo un picnic, o al menos vimos así a algún grupo de mujeres sentadas a la sombra de un árbol.

Entre tanto árbol hay una parte donde nos encontramos un gran lago y junto al él otro estanque más pequeño, los cuales rodeamos hasta acabar por encontrar el llamado Daeonsil, un especie de invernadero que rompe con el estética de los distintos elementos del palacio, un toque más moderno, siendo esta parte una de las que más nos gustó de nuestra visita. Además de la bonita decoración en la entrada principal, que tiene una fuente y dos grandes arboles que invitan a pasar entre ellos para entrar, dentro de este invernadero de cristal se encuentra una increíble colección de pequeños arbolitos bonsáis y otras plantas, que lo convierte en un curioso rincón donde estar un buen rato observando la genial presentación de estos bonsáis.

Habíamos llegado ya muy lejos en nuestro recorrido por el parque así que volvimos sobre nuestros pasos hasta desviarnos por un camino para ver otros detalles antes de terminar nuestra visita a este palacio. Antes de salir, volvimos a bajar desde la parte elevada en la que nos encontrabamos para ver lo que parecía una fuente donde la gente trataba de acertar con monedas en ella, supongo que para que te de suerte. Justo al lado hay otro edificio que estaba rodeado de zapatos y donde se encontraban en el interior bastantes visitantes descalzados relajándose un poco.

Volvimos a subir para salir por lo que creíamos que era la salida al exterior del palacio, y efectivamente, salimos del palacio Changgyeonggung pero entrábamos también en el palacio Changdeokgung. No teníamos planeado esto, ni sabíamos que estaban conectados por una simple entrada, que también fue gratis pasar a este, pero ya que estabamos íbamos a aprovechar para ver un poco de este importante palacio.

De las pocas fotos que sacamos de una zona de Changdeokgung
La verdad es que esta no fue una visita muy extensa ni detallista, pero intentamos seguir en la misma línea que en el anterior palacio e hicimos un recorrido improvisando perdiendonos entre los distintos pabellones que íbamos encontrandonos. Ya por entonces estábamos agotados de tanto caminar, realmente estos palacios contando, todas las zonas que ofrecen, son muy grandes y dan para estar todo el día en uno si realmente no te quieres perder ni un detalle. Cabe destacar que el palacio Changdeokgung está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997, y para que se sepa exhiben este distintivo cerca de la entrada. La verdad es que este palacio tiene mucha más fama y es más importante pues se notaba claramente en la afluencia de visitantes que tenía comparado con el palacio Changgyeonggung que apenas tenía personas dispersas visitándolo, a diferencia de este que encontrabas grandes grupos organizados. Claro está que si lo comparamos con el palacio Gyongbokgung que estaba siempre lleno, este parececía desértico.

Changdeokgung Palace
Este señor coreano si que sabía disfrutar de un momento de relax a la sombra frente a Changgeyonggung
Finalmente dimos una última vuelta hasta llegar a la verdadera puerta de salida para disponernos a buscar algún restaurante donde comer, pero eso ya es otra historia.



Vídeo del capítulo 8:

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