miércoles, 30 de septiembre de 2015

Next Corea | Capítulo 12: Templo Haedong Yonggungsa

Después de nuestra llegada y primera toma de contacto con Busan, amanecía el primer y único día completo que íbamos a pasar aquí, ya que al día siguiente no tendríamos demasiado tiempo porque volvíamos a nuestra querida Seúl. Eso sí, Busan tenía todavía muchas cosas maravillosas que ofrecernos en este viaje exprés que sólo acababa de empezar.  

Siguiendo los consejos e itinerarios turísticos que la chica de la guesthouse nos recomendó, hoy tocaba, en primer lugar, una visita a un sitio un poco distinto a todo lo que hemos mostrado de momento, el famoso templo budista junto al mar: Templo Haedong Yonggungsa. 

Templo Haedong Yonggungsa
Ya habíamos estado en algún templo en Seúl, pero la peculiaridad de este templo en Busan es que está asentado junto al mar, practicamente posado sobre las rocas, con un valor paisajístico muy distinto a la de cualquier otro templo en mitad de una ciudad o montaña.

Igual que el día anterior, para llegar directamente a nuestro destino cogimos un bus que nos dejaba muy cerca de la zona del templo. Volvimos a repetir táctica, seguir a las multitudes. Y sirvió, bastante gente se bajó en la parada y pudimos encontrarlo fácilmente después de un paseo.

Desde uno de los miradores al mar. Motos de agua que no emitían tranquilidad precisamente
Lo primero destacable que encontramos, después de pasar por una zona que era un mercadillo con puestos de comidas y demás tiendas que ya nos era habitual encontrar, fue unas grandes estatuas de los animales zodiaco: el perro, el caballo, el mono, etc. Junto a estas hay otras esculturas propias del budismos que pueblan la zona y luego unas largas escaleras hasta llegar a la zona de rocas junto al mar. Por este camino escalonado más esculturas budistas, por lo que es ideal para ir parando y observando todas las obras sin prisas, además de otros caminos con impresionantes miradores hacia el mar.

Una vez bajadas las escaleras llegamos a una zona de rocas donde lo que destaca es un Buda que está de espaldas al mar, así se le puede hacer los rezos mirando hacía él y al mar. Fotito reglamentaria junto al buda. Muy cerca, además de banderas ondeando al viento, hay un puente de madera de color rojo. No recuerdo hacia donde te llevaba pero en si mismo el puente era bonito.

Buda de espaldas al mar
Fuimos a una parte donde había rocas y el agua golpeaba estas pero no muy fuerte, así que decidimos descansar aquí un rato, descalzarnos y meter los pies en agua, que estaba muuuy fría. Después de nuestro pequeño descanso continuamos nuestra ruta por el templo ya que aún quedaba mucho por ver.

Volvimos por el mismo camino y bajamos por el otro lado hasta llegar a un puente que te llevaba al templo directamente. Pero en este puente paramos un buen rato a participar en lo que parecía un juego de suerte. Desde aquí podías tirar monedas y tratar de acertar en diferente recipientes o esculturas, algunas más cercanas o lejanas al puente. Como buenos turistas que éramos había que probar y de paso deshacernos de la calderilla de la cartera. Todos allí no paraban de lanzar monedas, una hilera de visitantes del templo llenaba el lateral del puente con la esperanza de conseguir suerte gastando algunos wons.

Bandera ondeando al viento y detrás el puente para lanzar monedas (y en una de esas rocas descansamos un rato)
Después de gastar incluso más de lo previsto y de observa a auténticos ludópatas de la suerte budista, cruzamos el puente y subimos las escaleras para llegar a lo que por fin ya parecía el templo. Lo primero que ves desde ahí es un gran buda que está situado un poco más arriba.

Dimos una vuelta, observamos los diferentes elementos y zonas de esa parte del templo y nos acercamos a ese gran buda amarillo, esta vez representado muy gordo y sonriente. Casi había cola para hacerse una foto delante de este.

Gran Buda Dorado
En otra zona una estatua de un gran dragón con una bola en su mano nos llama mucho la atención, por eso de que nos recuerde fuertemente a Dragon Ball, claro. Se ve que la figura del dragón está muy presente en este tipo de lugares y otros similares, como el que había junto a la Torre de Busan.

Por aquí encontramos la entrada a una pequeña cueva subterránea, simplemente bajando unos escalones entramos a esta especie de sala/caverna dónde destaca una parte llena de velas encendidas. También hay una roca con agua y un especie de recipiente para que puedas beber agua directamente de aquí, no sé si como premisa a algún tipo de ritual purificador, que se te cumplan deseos, o simplemente para quitarte la sed.

Al fondo vemos el dragón que cumple tus deseos y delante la entrada a la pequeña caverna
Terminamos de ver todo lo que pudimos, seguimos disfrutando de este ambiente budista, mientras no paraba de sonar por unos altavoces una canción típica para estos sitios, muy repetitiva, aunque te acabas acostumbrando y lo tomas como el sonido ambiente del lugar.

Debíamos acabar pronto, pues aún nos quedaba un largo día por Busan. Siguiente objetivo: ir a una playa.

Gran estatua en la parte de arriba, muy frecuentada por rezos

Puercos! (y un niño feliz) | PD: No, eso no es un símbolo nazi...

Más budas

Millones de mini budas poblaban todos los rincones del templo
Los mini budas más fiesteros
Volveremos...



Vídeo del capítulo 12:

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