Next Corea | Capítulo 15: Noche improvisada de Noraebang

Penúltimo capítulo de esta serie resumen de nuestro viaje a Corea del Sur en el verano de 2014. Aunque esta será la primera parte de dos vídeos de la misma noche ya que hay suficiente material de vídeo grabado para mostrarlo todo con más detalle y hacer dos capítulos. Aunque cronológicamente este debería ir antes del anterior capítulo, hemos querido reservar este para el final, por lo divertido que acabó siendo ese día y queda mejor como cierre de todo el viaje.

Todo el material para una buena noche de Noraebang

Todo comenzó un día tranquilo de resaca. El día anterior había sido mi cumpleaños y lo celebramos bebiendo y saliendo por pubs de Hongdae. Fue una noche intensa y al día siguiente poco nos apetecía más que descansar. 

Después de incorporarnos ese día a la vida y comer, cada uno teníamos un plan distinto. Yo (Javi) había quedado con una amiga madrileña que conocimos en Corea, ella llevaba unos meses allí estudiando coreano, y desde que la conocimos no habíamos parado de salir, comer comida rica coreana y de hacer cosas que no hubiéramos hecho si no hubiéramos conocido a alguien que ya tuviera experiencia en este país que tiene tanto que ofrecer. Por otro lado Víctor tenía otro plan, había quedado con una nueva amiga coreana que conoció allí. Al final del día nos encontraríamos todos para cenar algo.

Al aeropuerto en Bus

Entonces empezó mi día, un día muy caluroso y lluvioso. Quedé con Estefi, la madrileña, no muy lejos de Gangnam, para ir a su antigua guest house a comer algo. Ella volvía a España de vacaciones en pocos días y había tenido un problema con su billete de avión, y como no se lo solucionaban decidió ir al aeropuerto a intentar arreglar el asunto. Entonces como  yo no tenía nada que hacer fui con ella. Sería un plan tranquilo, un viaje a Incheon de ida y vuelta mientras pasábamos la resaca.

Fuimos en un autobús que te lleva al aeropuerto directamente, una hora y media aproximadamente, algo caro, pero al menos está bien conocer otras formas de transporte al aeropuerto. Pero resultó ser un viaje inútil, ya que tampoco consiguieron solucionar su problema y nos volvimos, esta vez en metro, más incómodo pero mucho más barato. Eso sí, para amenizar el viaje y dormir el hambre nos compramos palomitas y unos refrescos. Algo es algo.

Vuelta a Seúl en metro

Una vez de vuelta en Seúl, quedamos con Víctor y su amiga coreana, Hyuna, para cenar algo, pero finalmente Hyuna no pudo quedarse, así que estuvimos los mismos tres de siempre. Nos dirigimos a la zona de la universidad de Estefi para buscar algún restaurante rico y barato. Fue fácil, pues Estefi ya era experta en este tipo de cosas y rápidamente encontramos un sitio tranquilo.

Ese iba a ser el plan inicial. Cenar tranquilos y volver cada uno a nuestro correspondiente alojamiento, Estefi a su universidad, y Víctor y yo a nuestra guest house en la otra punta de Seúl. Y este último detalle fue el que no tuvimos en cuenta, además de la hora que era, pues cuando terminamos de cenar y nos pusimos en marcha hacia el metro, pero justo en el momento que llegamos a los tornos ya no nos dejaron entrar. El metro había cerrado y nosotros estábamos muuuy lejos. Estefi ya no estaba, por lo que estábamos solos sin ninguna alternativa… de momento.

Dándolo todo!

Lo primero que pensamos era en buscar algún bus que nos llevase a esa parte de la ciudad, pero no teníamos ni idea. El taxi lo descartamos porque no teníamos demasiado dinero encima y aunque lo tuviéramos tampoco nos queríamos arriesgar en principio a esa opción. Solo nos quedaba preguntarle a Estefi sobre los posibles autobuses, el problema era que no teníamos conexión a internet, así que como habíamos aprendido que cuando caminas por las calles de Seúl y sus locales consigues casi sin darte cuenta conectarte a algún Wi-Fi, nos pusimos a buscar cerca de unos restaurantes de la zona. Y lo conseguimos.

Mientras apuntábamos los autobuses que teníamos que coger, tuvimos una revelación imprevista y dijimos ahora o nunca. Aprovechemos esta noche que ha coincidido con que no podemos volver a casa fácilmente para hacer algo que aún no habíamos hecho en Corea del Sur: ir a cantar a un noraebang. Lo vimos muy claro y le mandé un mensaje a Estefi diciéndole: ven, no lo pienses, vámonos de noraebang ya! Estefi quedó un poco desconcertada, pero no dudó ni 2 segundos y se apuntó al plan, a pesar de tener clase al día siguiente.

Herramienta básica para la diversión esta noche improvisada

Lo que iba a ser una noche tranquila y de descanso, estaba a punto de convertirse en la noche más extraña y divertida de todo el viaje. Así que una vez los tres juntos de nuevo, nos dirigimos a un noraebang cercano. Era nuestra primera vez en un karaoke de este tipo, pero tampoco había mucho misterio. Pagamos una sala entre los tres durante 1 hora. Una sala con pequeños sofás a los lados, una mesa pequeña en el centro, un televisor, dos micros y un mando con miles de botones, no hacía falta nada más, bueno sí, el gran libro con la lista de las canciones a elegir.

La señora del noraebang se acercó para traernos otro libro enorme con canciones en diversos idiomas, incluyendo en español. Algo que agradecimos mucho. Después al ver que aún no habíamos empezado la señora volvió a venir para explicarnos cómo introducir bien el número de la canción y que esta comenzara. 

Hasta cuando nos inventábamos la letra sacábamos buena puntuación

Y ahí empezaba todo. Gritos y más gritos e intentos de cantar. Comenzar con la Mayonesa, pasando por algunas canciones en coreano como Ringa Linga, Click me, Mr. Chu, y por canciones en inglés de Queen, Michael Jackson o Backstreet Boys, y finalmente terminar con el Aserejé y Torero.

Fue muy divertido, pero la noche acababa de comenzar y el siguiente plan era ir a un local en el que tienen barra libre de alcohol, para más tarde volver a otro noraebang.

Continuará…

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Vídeo del capítulo 15: