domingo, 19 de febrero de 2017

Next Corea 2 | Capítulo 3: Vamos a Busan, samgyeopsal y pescado crudo


Tras una intensa noche de fiesta, la mañana se nos echó encima. Eran las 10.30 y en media hora teníamos que tener todo recogido, la maleta hecha y estar listos para marcharnos a Busan. Hubiera sido más fácil si la gran resaca que teníamos no estuviera jodiéndonos.

El mareo era tan impresionante que me obligó a vomitar en el baño. Después de eso me recuperé de todos los males de la noche anterior, o al menos lo suficiente como para llegar al metro y ponernos dirección a la estación de autobuses. En mitad de nuestra travesía en metro, la resaca seguía atacando. Era tal la evidencia de nuestro estado post-fiesta que una señora mayor coreana quiso cederme el asiento.

Un centro comercial te da la bienvenida al llegar a la estación Express Bus Terminal

Después de llegar a la estación, tras un camino que no era largo pero se nos hizo eterno, tocaba buscar exactamente dónde sacar el billete de autobús y ver qué posibilidades teníamos de precio y horarios.

La estación de autobuses se encuentra muy cerca de la estación de metro Express Bus Terminal, nombre que no da pie a equivocaciones. Una vez allí no fue muy difícil encontrar la terminal de autobuses. Sacamos los billetes para el siguiente autobús más barato y esperamos. Por tan sólo 23.000 won teníamos ya nuestro viaje a Busan asegurado, un precio increíble, ya que ir en tren cuesta el doble, pero tren tarda la mitad y es más cómodo, algo que tampoco nos importaba porque no teníamos prisa, por lo que serían 4 horas de autobús tratando de descansar y pasar la resaca.

Comprar el billete más barato: conseguido

Mientras esperábamos que llegara la hora de partir compramos algo para comer, por un lado Víctor se comió en un puesto de la estación un buen cuenco de fideos Udon, que fue donde descubrimos que el Udon venía muy bien para la resaca, y por otro lado yo decidí comprar algún tentempié en un 7 Eleven para amenizar el largo camino que nos esperaba.

Subimos al autobús y no hizo falta ni enseñar el billete al conductor, simplemente había que pasarlo por un lector de billetes y pa’ dentro. Una vez llegada la hora el conductor contaba si estábamos todos y comenzaba el viaje.

Hola Udon, adiós resaca

A mitad de camino había una parada en un área de descanso, llamadas en coreano hyugeso (휴게소), donde el bus esperaba unos minutos para que pudiéramos descansar del viaje, estirar las piernas, ir al baño o comprar algo de comer. 

Tras esta breve parada continuamos la travesía hasta llegar a Busan, dejándonos el bus concretamente en Busan Central Bus Terminal, muy cerca de la estación de metro Nopo (노포역), pero a la vez muy lejos aún de la zona donde teníamos reservado el alojamiento, cerca de la estación Daeyeon (대연역).

Y nos fuimos pa' Busaaaaan

Tomamos el metro directamente y sin problemas, ya que la tarjeta T-money es tan válida para Seúl como para Busan. Habíamos reservado el mismo alojamiento que hacía dos años, Kim’s House, porque era un barrio no muy lejos de todas las zonas interesantes de Busan y porque la guesthouse era barata y tuvimos muy buena experiencia.

Llegamos por la tarde/noche, un poco más tarde de lo previsto, deseando hacer el check-in y soltar las maletas, tomar una ducha y salir de allí para vernos con unas amigas coreanas con las que habíamos quedado para ir a cenar algo.

Poca gente en el metro desde la estación Nopo

Teníamos que ir a tan solo una parada en metro de nuestro alojamiento, así que mejor dimos un paseo para recordar que podíamos encontrar por la zona. Estas coreanas eran unas amigas de Víctor, que conoció en su viaje a Tailandia hacía escasos meses. 

Gracias a ellas descubrimos uno de los lugares que más nos encantaron para atiborrarnos de samgyeopsal (삼겹살) por un módico precio, una cadenas de restaurantes llamada SamgyeopSsalong (삼겹싸롱), que creo que significa algo así como el salón de la panceta. 

Ahhhh, que rico estaba...

¡¡Por solo 9.900 won puedes comer toda la carne que quieras!! Ellos te sirven la carne sin hacer y en la propia mesa te la cocinas en una plancha a tu gusto. Y cuando se te acaba la carne, te levantas y vas a por más infinitas veces o hasta que el estómago diga basta, claro.

Además de la carne infinita, puedes rellenarte cuantas veces quieras los distintos platos que acompañan la comida principal, surtido de pequeños platos también conocido como Banchan (반찬), como cebolla, ajo, brotes de soja… y por supuesto, Kimchi (김치).

Ellas nos llevaron por el buen camino de la deliciosa gastronomía coreana

Por lo que de eso trató la cena, comer samgyeopsal hasta reventar y combinarla con el banchan para hacerlo aún más delicioso. Nos íbamos fijando en los trucos de las coreanas, como poner un poco de kimchi en la plancha para freírlo un poco, o hacer un combo completo usando unas hojas verdes donde se enrolla la carne y los ingredientes extras… ¡¡riquísimo!!

Hojas donde enrollar los trozos de carne y otros ingredientes

Ah, se me olvidaba decir que en la plancha hay dos huecos donde te ponen dos salsas, una picante y otra dulce, así cuando terminas de cocinarte la carne a tu gusto, la echas en una u otra para darle el sabor que prefieras. (PD: Mucho más recomendable la dulce, o al menos si quieres huir un poco del abundante picante de la gastronomía coreana).

Una vez terminada esta deliciosa cena, nuestras amigas coreanas nos iban a llevar a un lugar para tomar algo más y disfrutar de un ambiente típico nocturno de Busan. Pillamos un taxi y nos dirigimos hacia una zona junto al mar donde se puede ver muy de cerca el famoso puente de la playa Gwangalli, en el paseo marítimo junto al parque Millak (민락수변공원). Pero antes de acomodarnos en la playa, las chicas querían que comprásemos algo típico de la gastronomía coreana en cuanto a pescado se refiere, así que fuimos a un mercado de pescado fresco.

El señor del pescado seleccionado el ejemplar que nos comeríamos crudo

El mercado consistía en un montón de vendedores con sus respectivos contenedores de pescados, en ellos los peces estaban aún vivos, y tras seleccionar lo que vas a comprar, con previo regateo del precio, el vendedor los saca de sus peceras y procede a matarlos para así cortarlos en trocitos, servirlos en un plato y dejarlo todo listo para comer. Exacto, la idea era comer algo de pescado crudo junto a la playa. Nosotros lo dejamos todo en manos de las coreanas, ya que no teníamos ni idea de cómo era la dinámica de estos mercados, ni hubiéramos sabido qué pedir, y menos aún regatear precios. 

Urechis unicinctus, en coreano llamado Gaebul, o también conocido como pez polla...

Era una buena oportunidad para conocer un poquito más la gastronomía coreana, para sumar nuevas experiencias y sorprendernos. Además del pescado crudo cortado en finas lonchas, plato conocido como Hoe (회), las chicas pidieron una cosa llamada Mongge (멍게) y el amable vendedor nos regaló un poco de Gaebul (개불), es decir, esa especie de lombriz marina que parece una polla.

Como en toda reunión de coreanos, el alcohol no podía faltar, así que antes de nada nos pasamos por una tienda de conveniencia para comprar un par de botellitas de soju de sabores y un soporte para sentarnos en el paseo marítimo, que no fue otra cosa que una de esas láminas que se usan para tapar los cristales de los coches y que no entre el sol… muy apañado el truco de las coreanas.

Todo listo para probar algo nuevo. Un sabor un poco especial pero no estaba tan mal

Finalmente, con todo comprado nos dirigimos a la playa. Los escalones del paseo marítimo estaban llenos de gente haciendo lo mismo que nosotros, o simplemente bebiendo alcohol o tomando cualquier otra comida y disfrutando de las vistas. La verdad es que nos encantó el ambiente, buena panorámica del mar y el gigantesco puente, comida algo especial para nuestro paladar pero buena compañía de la que aprendimos mucho esa noche.

건배!!!

En esta ocasión nuestro viaje a Busan había empezado de una manera muy distinta al primer viaje, más inmersivo en lo cultural y gastronómico, menos turístico pero mucho más interesante. Un día completísimo, que empezamos con una increíble resaca y un largo viaje, pero que acabó con ricas comidas y nuevas experiencias.



Vídeo del capítulo 3:

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