martes, 28 de febrero de 2017

Next Corea 2 | Capítulo 4: El pintoresco barrio de Gamcheon Culture Village


Durante la semana que estuvimos en Busan, uno de los lugares que más nos sorprendió, y que por desconocimiento y falta de tiempo no llegamos a visitar en el anterior viaje, fue el pintoresco barrio de Gamcheon Culture Village.

Como ya era costumbre, cada noche el jet lag seguía maltratándonos. El insomnio nocturno hacía que perdiéramos las mañanas descansando, aunque aprovechábamos la tranquilidad de la noche para editar vídeos en el salón y el balcón de la guesthouse, donde nadie nos molestaba ni molestábamos a nadie.

En el metro de Busan, igual de útil y fácil de usar que el de Seúl

Aquel día nos levantamos a la hora de comer con el objetivo de visitar Gamcheon y dejarnos sorprender sin estar muy seguro de que nos fuera a gustar lo que por Internet parecía un lugar interesante para visitar. Parada técnica en el CU (otra de nuestras tiendas de conveniencia favoritas) para comer ramyeon y dirigirnos en metro hacía esa zona de la ciudad.

La parada de metro más cercana para llegar a Gamcheon es la estación de Toseong, donde continuamos nuestro camino a pie. Aunque más tarde descubrimos que había un autobús que paraba junto a la entrada, en ese momento simplemente nos dejamos llevar por los carteles de la zona. Y subimos y subimos y subimos… pero no encontrábamos dónde estaba la parte interesante de este barrio. Hasta que finalmente un gran cartel que anunciaba la llegada a este turístico lugar, apareció.

Primer lugar que pedía foto a gritos

Gamcheon no es otra cosa que un barrio situado en una colina de la ciudad, donde el interés reside en la estructura de sus apiladas casas, los colores de éstas y todos sus rincones que han sido renovados para tener un valor artístico, que lo convierten en un punto de interés turístico. 

Nada más llegar, además de las típicas tiendas y puestos de comida que dan la bienvenida al consumismo en casi cualquier lugar que quieras visitar en Corea del Sur, ya empiezas a ver las primeras obras de arte urbano. Un gran dibujo en la pared, una hilera de pantalones que sirven de maceta para flores, manualidades de colores pegadas en un muro… todo pensado para incitar a tomarse curiosas fotos en distintos puntos del barrio. 

Curiosas macetas para plantar flores

Caímos en la tentación de comprar un aperitivo llamado Hotteok (호떡), un especie de bollito relleno de frutos secos muy dulce, que nos ayudó a recuperar energías y darnos fuerzas para investigar los rincones de Gamcheon. Más tarde descubrimos que esta comida callejera estaba en más lugares y tenía distintas variantes, y que la que comíamos en Busan se llama Ssiat Hotteok (씨앗호떡). Riquísimo, muy recomendado probarlo.

Delicioso primer hotteok de nuestro viaje a Busan

Continuamos la visita perdiéndonos entre las calles de Gamcheon, cuesta arriba entre sus estrechos callejones, sin objetivo alguno, descubriendo más arte callejero. Por el camino nos dimos cuenta de que había ciertas zonas claves por todo el barrio, donde podías realizar un juego recorriéndolas y consiguiendo sellos para llevarte una postal de recuerdo. Pagano sólo 2000 won por un mapa del barrio podías participar en este curioso tour para hacer aún más entretenida la visita. Nosotros no lo hicimos porque ya habíamos subido bastante cuando nos dimos cuenta y había que volver hasta el principio, pero es algo que dejamos pendiente para cuando volvamos a Busan. 

Casas cuesta arriba

Seguimos subiendo hasta encontrar uno de los grandes miradores. Una impresionante panorámica te hacía ver todo el barrio, la colina donde se asentaban las innumerables casas y su irregular estructura. Casas que en su momento fueron construidas con poca planificación y de manera provisional debido al contexto histórico al que pertenecen, formando un barrio marginal y pobre por la llegada de miles de refugiados de la Guerra de Corea. 

Y a lo lejos, el puerto

Más de 60 años después el barrio ha cambiado mucho, pasando de marginal y pobre a cultural y turístico, de una irregularidad fea y forzada a una estructura visual artística y armónica gracias a sus colores y pequeños detalles que le dan esa atractiva singularidad.

Tuvimos la suerte de que ese día el cielo estaba despejado y podía verse azul, haciendo aún más bonitas las vistas. A lo lejos podía contemplarse un puerto de Busan, el mar y las montañas. Había merecido la pena la subida.

Entre cielo, mar y montañas, nació Gamcheon

Bajamos hasta el principio para terminar de recorrer otras zonas que parecían interesante. Muchas tiendas, cafeterías, galerías de arte, venta de artesanías, áreas de descanso, etc. Gran variedad de zonas distintas y cada una con su peculiaridad. Una larga cola recorría la calle, y tan sólo para hacerse una foto en una de las vistas más famosas de Gamcheon, donde te sientas junto a un zorro de dibujos animados mirando al horizonte. No podía faltar otra zona para los enamorados, con su correspondiente lugar para poner candados de amor y sellar simbólicamente una relación romántica.

Pollo frito y vistas increíbles, ¿qué más se puede pedir?

Volvimos sobre nuestros pasos para llegar a la parte donde había tiendas de comida y tomar algo más: un helado alargado de nata y un poco de pollo frito con salsa picante. De casualidad encontramos otro de los miradores más famosos, donde se pueden ver las casas desde una perspectiva única e ideal para tomar una foto de las coloridas casas.

A estas alturas de la tarde el cansancio era notable, así que terminaríamos nuestra visita aquí. El problema fue que en el regreso a casa nos perdimos y sin querer acabamos rodeando toda la montaña del barrio. La vuelta se nos hizo una amargura, pero finalmente tras más de 1 hora caminando cuesta abajo y cuesta arriba encontramos la parada de metro más cercana. 

De las zonas para tomarse fotos más solicitadas por los visitantes

A pesar de ello, llegamos al alojamiento habiendo disfrutado de una buena tarde en un barrio muy peculiar, perfecto para perderse caminando entre callejones y disfrutar de arte callejero, buen ambiente, rica comida callejera y vistas increíbles.



Vídeo del capítulo 4:

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