No fue casualidad que eligiéramos Hongdae como el lugar donde pasaríamos un mes completo viviendo en Seúl. Fue nuestro objetivo desde un primer momento por todo lo que ofrece este barrio, que aunque está alejado del centro de la ciudad en cuanto a sitios turísticos a visitar, no deja de ser un lugar perfecto para viajeros como nosotros.
La zona de Hongik University se puede resumir en fiesta, gente joven y un espíritu artístico que se manifiesta por sus rincones a través de su música y arte callejero. Su estilo alternativo pero a la vez popular hace que se llene tanto de coreanos como de extranjeros que quieren pasar un buen rato, donde hay cabida para cualquier persona sin importar sus gustos o lugar de procedencia.
El alojamiento estaba a las afueras, en 10 minutos andando llegábamos a la calle más céntrica de este barrio. La motivación del día fue la comida, para variar. Se nos antojó comer un tipo de plato coreano y queríamos buscar si en Hongdae había algún restaurante que lo ofreciera. Todo vino porque cuando estuvimos en Sevilla comimos dicho plato en un restaurante coreano y nos encantó, ¿estaría más bueno aun en Corea? Obviamente sí.
Una de las principales calles de Hongdae
Lo que buscábamos era tokkochi (떡꼬치), muy parecido al famoso teokbokki, pero frito y no tan picante. Sabíamos que había una cadena de restaurante dedicada a este tipo de comidas por el barrio y teníamos una dirección aproximada gracias a google maps. Por desgracia estos mapas no van en Corea tan bien como deberían. Su poca fiabilidad se empezó a confirmar cuando llegamos al sitio y no existía ese restaurante por ninguna parte. Encontramos todo tipo de restaurantes pero ninguno ofrecía esta comida.
Como era posible que la precisión de la dirección no fuera muy buena, buscamos en las calles de alrededor. Y nada, ni una pista que apuntase al tokkochi perdido. Fuimos a otra avenida cercana, nos perdimos entre sus callejones a buscar las tiendas más rebuscadas y tampoco. O no existía esa comida o estábamos buscando bastante más.
Al menos estuvimos dando una vuelta por el barrio de Hongdae y disfrutando de sus calles siendo de día, ya que solíamos venir aquí sólo por la noche para salir de fiesta con amigos. El ambiente es muy distinto de día y de noche, aunque manteniendo siempre ese espíritu artístico. No había tanta gente y sobre todo se notaba que estas horas del día están más enfocada a los que venían de compras. Por la noche muchas de estas tiendas cierran y se concentra todo el ocio nocturno. Y la comida, pero eso nunca falta aquí sea la hora que sea. Excepto ese día, que nuestra comida seguía sin aparecer y estábamos cansados de dar vueltas.
Buscábamos algo parecido a esto, pero más rico
El barrio de Hongdae se podría dividir en diferentes partes, las zonas más enfocadas a restaurantes o puestos callejeros, la más enfocada a tiendas de ropa, souvenirs o similares, y la parte donde se concentran las fiestas, las discotecas y los pubs más famosos. Especial atención al playground, es decir, al pequeño parque junto a la universidad, que es donde se suele empezar la noche antes de ir de fiesta. Aquí los jóvenes suelen encontrarse para beber, o simplemente para pasar el rato y divertirse en la calle observando a alguna banda callejera que está tocando su música en el parque.
Nos rendimos. El tokkochi podía esperar a ser probado otro día, nuestra hambre debía ser saciada ya. Entre los primeros restaurantes que vimos encontramos algunos interesantes, entre ellos uno de comida japonesa que estaba de inauguración y tenían platos de ramen a mitad de precio. Sin dudamos ese día cambiamos el ramyeon por el ramen.
Ramen Japonés servido en Corea del Sur
Debido a la oferta, ese día había que esperar cola para tener mesa. Esperamos fuera nuestro turno mientras terminaban de comer los de dentro y por fin nos tocó. Pedimos 2 platos de ramen y unas bolas de arroz para compartir. Tomamos asiento y esperamos. A pesar de ser un restaurante de ramen japonés todo estaba adaptado a Corea, es decir, no podía faltar todo el kimchi que quisieras.
Riquísimo. Un gran acierto haber sacrificado la búsqueda del tokkochi por el encuentro del ramen. Por unos 4 euros pudimos comer algo muy bueno, que no dudamos en repetir en futuras ocasiones. Solo nos quedó terminar de visitar el barrio de Hongdae.
ñam
Eso que dicen de que cuando estás buscando algo no lo encuentras, pero cuando no lo buscas viene a ti: es cierto. Días más tarde, paseando por otro barrio, con otros objetivos que nada tenían que ver con buscar dónde comer, el tokkochi apareció mágicamente frente a nosotros. Precisamente el mismo restaurante que buscamos días atrás. Como era de esperar estaba delicioso!
Y nada, el día de Hongdae acabó con un paseo, un helado y yéndonos a descansar. Iba siendo hora de que en el siguiente capítulo siguiéramos haciendo algo de turismo por más rincones que nos quedaban aún por descubrir en Seúl.
Vídeo del capítulo 9:
No hay comentarios:
Publicar un comentario