Se acercaba el final del viaje y no íbamos a desaprovechar ningún fin de semana, por lo que tocaba darnos una buena fiesta inolvidable. La única novedad de nuestro viernes de fiesta fue que por la tarde habíamos quedado con un amigo coreano para jugar al fútbol.
Unos días antes nuestro amigo Hong, que conocimos en otra noche de fiesta y desde entonces era nuestro compañero fiestero inseparable, nos comentó sobre si queríamos quedar un día con sus amigos que juegan al futbol y luego salir de fiesta. No dudamos en aceptar el plan.
Llegó el viernes previsto y concretamos hora y lugar. Él vendría a recogernos y llevarnos al campo de fútbol por lo que solamente teníamos que preocuparnos de estar donde nos dijo, junto a la parada del metro de Hapjeong, a sólo una parada de Hongik University.
Preparamos una mochila para meter las cosas, nos pusimos ropa de deporte y nos dirigimos a nuestro destino. Llegamos rápido y esperamos. Tras un rato, Hong llegó con su coche y nos recogió. No teníamos ni idea de hacia dónde íbamos, pero no estaba tan cerca como creíamos. Entre el tráfico y los callejones estrechos y empinados del barrio donde se situaba el polideportivo, se nos acabó haciendo de noche.
Yo no tenía calzado para jugar al fútbol, así que Hong, muy amable, me dejó unas botas suyas, y casualmente calzábamos el mismo número de pie. Entramos en la pista de fútbol, que estaba pasando junto a la pista de baloncesto y cerca de una de tenis. La de fútbol era de césped artificial, los focos ya estaban encendidos y los amigos futboleros de Hong esperando a que llegaran todos los jugadores previstos. Al final faltaron dos, pero jugamos sin problemas 4 vs 4.
Todos fueron muy amables con nosotros que éramos los invitados, y todos pensaban que por ser españoles el jugar bien al fútbol sería innato. Nada más lejos de la realidad. Charlamos un rato con algunos de ellos que preguntaban curiosos acerca de nuestras motivaciones para viajar a Corea del Sur.
Se repartieron los equipos y comenzó el juego. El portero se iría turnando en un orden y tiempo que preestableció cada equipo a su manera. Nosotros sólo nos dejábamos llevar y nos adaptábamos a todo lo que iba surgiendo.
No llevábamos ni 5 minutos y ya iba a morirme del cansancio. Por un lado teniendo en cuenta que hacía mucho tiempo que no jugaba al fútbol ni hacía deporte, y por otro lado por el simple hecho de que el clima coreano en verano es húmedo y la sensación de calor se multiplica, así como los litros de sudor que salían con nada que te movías. Por suerte el portero iba rotando y cuando me tocaba podía recobrar algo de aliento en la portería. Además durante el partido hicimos varios descansos para beber agua y poder respirar.
Los equipos empiezan a calentar
Ya no recuerdo quien ganó ni cuánto duró el partido, pero acabó. Fue muy divertido, una experiencia nueva que vivimos y disfrutamos en Corea del Sur.
Regresamos a nuestra Goshiwon y por el camino fuimos comentando la segunda parte del plan del día, salir de fiesta. Fijamos hora y lugar para vernos con Hong y Yun, el otro compañero fiestero que siempre acompañaba a Hong. Nos reuniríamos los 4 para cenar algo y empezar a calentar motores tomando cerveza.
La primera de la noche
Quedamos en el lugar donde todo el mundo queda cuando sale de fiesta por Hongdae, en el playground, es decir, el pequeño parque donde todos beben y disfrutan de actuaciones callejeras antes de ir a discotecas o pubs.
Directamente nuestros amigos nos llevaron a un local de pizza y cerveza. Brindamos por una gran noche. Pepperoni y Chicken Curry Pizza fueron las elegidas para llenar nuestro estómago y recuperar las calorías que habíamos quemado jugando al fútbol. También fue el lugar adecuado para conocernos más y saber sobre la vida de nuestros amigos, y sobre todo para reír y brindar hasta que la comida y la cerveza se terminó.
Cerveza y pizza, no hay mejor manera de empezar una noche de fiesta
El primer local al que fuimos era nuevo para nosotros, Joons Bar, un pub/bar con futbolines, asientos cómodos, cachimbas y pista de baile, la cual estaba vacía cuando llegamos pero poco a poco fue llenándose, proporcionalmente al alcohol que iba vendiéndose en forma de copas, chupitos o cervezas…
Nos pedimos las primeras cervezas y nos acomodamos en un sofá vacío. Al mismo tiempo, una de las camareras, que era amiga de Hong, nos invitó a todos a un chupito especial llamado Fire Ball, nombre que describía perfectamente la sensación que te dejaba en la garganta tras beberlo.
Chupitos de extraña estructura
Empezamos a motivarnos y después de un rato vino la segunda ronda de chupitos, otra vez invitada por uno de nuestros amigos, esta vez más suave que el anterior pero más rico. Otras cervezas llegaron y los primeros bailes en la pista empezaron a surgir.
Nos lo pasamos muy bien bailando y conociendo gente nueva en este local, pero era momento de migrar hacia Mike’s Cabin, la discoteca latina que era como nuestra segunda casa en este viaje.
Motivadísimos ya a estas altura de la noche
Llegamos a la hora punta, estaba abarrotada de gente bailando, el ambiente era inmejorable. Pasamos muy buen rato aquí, a excepción del incidente que casi desencadena una pelea entre Víctor y otra persona, por una cerveza tirada accidentalmente, pero al final todo quedó en nada y pudimos seguir disfrutando de la noche.
Cambiamos de local nuevamente y nos dirigimos al pub Thursday Party, para así completar el trio de locales que se convirtieron en nuestros favoritos del viaje. Aquí nos tomamos la última cerveza de la noche y jugamos un buen rato a los darnos, y gratuitamente ya que nos encontramos la máquina con muchos créditos y no parecía pertenecer a nadie que estuviera allí.
Gran noche para recordar
Para terminar, volvimos a la discoteca para echar los últimos bailes y terminar la noche, una noche muy completa empezando desde la tarde con ese divertido partido de fútbol, y terminando por el recorrido de pubs que hicimos saliendo de fiesta por Hongdae. Una última gran noche de fiesta que nos quedamos para el recuerdo y que ojalá en un futuro podamos repetir.
Vídeo del capítulo 15:
No hay comentarios:
Publicar un comentario